El Club de Corresponsales Extranjeros en China (FCCC) denunció este martes que Pekín está “utilizando a periodistas extranjeros como peones en disputas diplomáticas” después de que las autoridades chinas interrogasen a dos reporteros australianos, que fueron evacuados posteriormente para evitar su detención.

En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, la asociación condenó el “acoso sin precedentes y la intimidación” ejercidas contra Bill Birtles, corresponsal en Pekín de la cadena pública australiana ABC, y Michael Smith, quien trabajaba en Shanghái para el diario Australian Financial Review.

Ambos periodistas fueron interrogados por separado en las últimas 48 horas por las autoridades chinas por un supuesto caso de “seguridad nacional” que podría estar relacionado con la periodista australiana Cheng Lei, trabajadora de la televisión estatal china CGTN, quien fue detenida hace tres semanas.

Birtles y Smith llegaron en la mañana de este martes a Sídney tras la mediación de la delegación australiana en China -en la que se refugiaron durante la negociación para garantizar que no fueran detenidos-, ya que en un principio las autoridades del gigante asiático les habían prohibido salir del país debido a la citada investigación.

“TERRIBLES TÁCTICAS DE INTIMIDACIÓN” DE PEKÍN

“Tratar de mantener a periodistas extranjeros en China contra su voluntad supone un recrudecimiento significativo del ataque continuo y sostenido del Gobierno chino contra la libertad de prensa”, indica el Club, que asegura que el episodio “hace que los periodistas extranjeros teman convertirse en blanco de la diplomacia de rehenes de China”.

Para el FCCC, “estas acciones del Gobierno chino equivalen a terribles tácticas de intimidación que amenazan y tratan de restringir el trabajo de los periodistas extranjeros establecidos en China, que ahora se enfrentan a la amenaza de una detención arbitraria simplemente por hacer su trabajo y a circunstancias difíciles que hacen insostenible que se queden en el país”.

La asociación de corresponsales recuerda que, tras la marcha de Birtles y Smith, por primera vez desde los años 70 ya no quede en China ni un solo corresponsal acreditado para medios de Australia, país cuyas relaciones con Pekín han empeorado considerablemente en los últimos meses.

En la primera mitad de este año, recalca el Club, China expulsó a otros 17 corresponsales extranjeros: “Es una pérdida decepcionante para las audiencias globales que quieren entender mejor China”.

UN INTERROGATORIO “NORMAL”, SEGÚN CHINA

Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian restó importancia al episodio: “Las autoridades pertinentes hicieron preguntas a Bill (Birtles) y Michael (Smith). Es una manera normal de hacer cumplir la ley, y el proceso cumplió estrictamente con las normas”.

“A menudo damos la bienvenida a medios extranjeros y también a periodistas extranjeros contratados por medios chinos. Siempre y cuando cumplan con las leyes chinas e informen con arreglo a la ley, no hay por qué preocuparse”, añadió el vocero.

Zhao también ofreció, por primera vez desde su detención, detalles sobre el caso de Cheng Lei: “Se sospecha que llevó a cabo actividades delictivas que pusieron en peligro la seguridad nacional de China. Se han tomado las medidas necesarias y se ha puesto en marcha una investigación”.

El portavoz de la Cancillería aseguró que el caso se está gestionando “de acuerdo a la ley” y que los derechos de Cheng “están totalmente garantizados”.EFE

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