Los grandes agentes de la aviación comercial, desde las aerolíneas a los reguladores y los aeropuertos, reclamaron este martes que las cuarentenas preventivas a los viajeros se sustituyan por test de COVID-19 y que se armonicen las medidas en toda la UE para recuperar la confianza de los pasajeros.

«Hay confusión entre los consumidores. Tiene que haber un enfoque común sobre los tests y las medidas como las cuarentenas», resumió el máximo responsable de Easyjet, Johan Lundgren, en un evento sobre la aviación en un contexto de pandemia organizado por Airlines for Europe (A4E), que representa al 70 % de las compañías europeas.

Por su parte, el consejero delegado de Air France-KLM, Benjamin Smith, añadió que esos «test obligatorios» deberían hacerse «preferentemente en origen».

La aviación comercial se encuentra en una situación crítica por las restricciones impuestas para frenar la expansión del coronavirus y agravada por la incertidumbre de los viajeros, que al comprar un billete no saben si finalmente podrán volar a su destino o si las normas sobre las cuarentenas cambiarán de un día para otro.

«Los pasajeros están comprando billetes con 10 días de antelación mientras que antes de la pandemia los compraban 60 días antes», dijo el responsable de relaciones exteriores de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Sebastian Mikosz.

Subrayó que la falta de coordinación entre capitales genera «una espiral» de desconfianza en los pasajeros que «equivale a cerrar ese mercado» porque «solo volarán los que tengan que ir por alguna emergencia».

«No estamos en el estadio de la recuperación, sino en el de la supervivencia», añadió el responsable de la IATA, quien confesó que suele preguntarse «cuántas aerolíneas sobrevivirán» al coronavirus.

La última proyección publicada este lunes por la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea, Eurocontrol, estima que el tráfico aéreo en el conjunto de la UE caerá más de un 55 % en 2020 respecto a 2019.

Entre tanto, aerolíneas como la alemana Lufthansa, la franco-holandesa Air France-KLM, la transalpina Alitalia, la portuguesa Tap o la finlandesa Finnair han recibido ayudas de Estado de decenas de miles de millones de euros para intentar seguir a flote, extremo criticado por algunas compañías al considerar que desequilibra la competencia justa.

El director general de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), Javier Marín, comentó que el sector ofrecía signos de una «modesta» recuperación al inicio del verano (+7 % en junio, +22 % en julio, +30 % en agosto), pero los rebrotes en septiembre en distintos países europeos apuntan a que «este mes el tráfico probablemente no va a llegar al 30 % de media alcanzado en agosto».

El pasado junio, AENA proyectó una caída del 60 % de los ingresos anuales, unas cifras que son «optimistas si vemos cómo está marchando septiembre», añadió.

«Hay que responder a dos preguntas: en qué casos el Estado debe aplicar restricciones a la movilidad aérea y qué medidas deben aplicarse (…) Necesitamos una respuesta muy pronto, y una respuesta armonizada», avisó.

«El transporte aéreo no genera nuevos casos», declaró el director ejecutivo de la Agencia Europea de la Seguridad Aérea (EASA), Patrick Ky, quien añadió que no se ha observado en los aviones una tasa de contagios superior a la media de los países desde donde vuelan.

Con datos del 40 % del tráfico aéreo de la UE en la última semana de agosto, Ky señaló que no se le permitió volar por presentar síntomas de COVID-19 a 180 personas (que equivale a 6 pasajeros sobre 100.000), mientras que otros 7 viajeros presentaron síntomas de la enfermedad en el avión (0,2 pasajeros por cada 100.000).

Añadió que Japón, Singapur o Corea podrían estar dispuestos a reabrir el tráfico aéreo con la UE si hay «suficiente claridad sobre el nivel de la pandemia» en los países con los que se restablezcan conexiones.

Desde la Comisión Europea, Walter Goetz, jefe de gabinete de la comisaria europea de Transporte, Adina Valean, recordó que el Ejecutivo comunitario ha buscado coordinar a los Estados miembros para mantener un mínimo de movilidad y tráfico de mercancías y aportar directrices sobre cancelaciones.

«La crisis ha sido gestionada más bien por los Estados miembros, y por lo ministros de Sanidad más que por los de Transporte. No quiero juzgarlo, es el papel de los ministros de Sanidad y del Interior, pero obviamente tiene un gran impacto en la aviación», dijo Goetz.

La Comisión Europea pidió a los Estados miembros a inicios de septiembre que acuerden un código de colores común en toda la UE con criterios armonizados para definir cuáles son las zonas de riesgo, sin que los Estados miembros hayan recogido el guante por ahora.

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