Hoy, 6 de octubre, se celebra como cada año el Día Mundial de la Parálisis Cerebral. Se trata de una Campaña promovida por la Confederación ASPACE Parálisis Cerebral, cuyo objetivo se centra en reivindicar los derechos de las personas con parálisis cerebral, así como dar a conocer las vulneraciones de derechos que dicho colectivo sufre cotidianamente.

¿Qué es la parálisis cerebral?

La Confederación ASPACE, define a la parálisis cerebral como una discapacidad producida por una lesión en el cerebro que afecta a la movilidad y la postura de la persona, limitando su actividad. Esta discapacidad puede ir acompañada de una discapacidad sensorial o intelectual en mayor o menor grado, por eso nos referimos a la parálisis cerebral como una pluridiscapacidad.

La definición científica de la parálisis cerebral describe esta discapacidad como «un grupo de trastornos permanentes del desarrollo del movimiento y de la postura, que causan limitaciones en la actividad y que se atribuyen a alteraciones no progresivas ocurridas en el desarrollo cerebral del feto o de la primera infancia» (A report: the definition and classification of cerebral palsy).

¿Cómo es convivir con la parálisis cerebral?

ASPACE explica que el grado en el que esta discapacidad afecta a cada niño o niña es diferente, y viene determinado por la intensidad y el momento concreto en que se produce la lesión. De modo que podemos encontrarnos con personas que conviven con una parálisis cerebral que resulta apenas perceptible, desarrollando una vida totalmente normal, frente a otras que necesitan del apoyo de terceras personas para realizar las tareas más básicas de su vida diaria.

¿Es muy común?

La parálisis cerebral es la causa más frecuente de discapacidad en niños y niñas. Una de cada 500 personas tiene parálisis cerebral.

¿Cuáles son los rasgos principales?

  • Es un desorden permanente, esto implica que la lesión neurológica que se ha producido es irreversible y persiste a lo largo de toda la vida.
  • La lesión no cambia, es inmutable. El daño neurológico no aumenta ni disminuye aunque las consecuencias y los síntomas que se vayan manifestando pueden cambiar, mejorar o empeorar.
  • La alteración del sistema neuromotor influye en aspectos físicos como son la postura o el movimiento.
  • La lesión se produce antes de que el desarrollo y crecimiento del cerebro se haya completado. Puede ocurrir durante la gestación, el parto o los tres primeros años de vida del niño o niña, ya que es en este periodo de tiempo cuando el sistema nervioso central está en plena maduración.
  • La lesión también puede afectar a otras funciones como la atención, la percepción, la memoria, el lenguaje y el razonamiento. El número de funciones dañadas depende, por un lado, del lugar, tipo, localización, amplitud y disfunción de la lesión neurológica, y por el otro, por el momento en que se produce el daño, es decir, el nivel de maduración del encéfalo.
  • Además, la lesión interfiere en el desarrollo del Sistema Nervioso Central. Una vez producido el daño éste repercute en el proceso madurativo del cerebro y, por tanto, en el desarrollo del niño o niña.
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