La vida en el siglo XXI no puede entenderse sin internet. Los que vivimos el cambio tecnológico que nos adentró en este mundo interconectado recordamos con nostalgia aquellas primeras conexiones mediante módem y la revolución que supuso el WIFI, traído al ámbito doméstico no hace tanto, en 1999. Los que nacieron en la época de la tarifa plana y los datos móviles, ya en el nuevo siglo, difícilmente comprenden que hace apenas un par de décadas vivíamos sin teléfonos móviles conectados a la red.

Nos podríamos explayar en aquellos tiempos donde internet era algo exclusivo de personas que ahora llamaríamos frikis o en detallar cómo eran aquellos teléfonos móviles para llamar y mandar SMS. Pero en el Día Mundial de Internet, tras más de un año de convivencia con este pesado coronavirus, queremos reflexionar sobre la extrema importancia de la red en estos tiempos de confinamiento, distancia social y restricciones.

Porque, sin duda, internet ha sido la palanca necesaria para sobrellevar y adaptarnos a esta crisis global que ha cambiado nuestras vidas —resiliencia— y, al mismo tiempo, el catalizador necesario para una imparable transformación digital.

Día Mundial Internet

¿Qué es esto del Día Mundial de Internet?

Sí, parece que todo tiene un día señalado en el calendario. El de internet puede que fuera de esos que pasaban desapercibidos, pero los que vivimos y trabajamos en red cada año nos sentimos de alguna manera identificados cuando llega el 17 de mayo.

El Día Mundial de Internet empezó a celebrarse en octubre de 2005, convocado por la AUI (Asociación de Usuarios de Internet). Se organizaron múltiples eventos y más de 200 entidades se pusieron de acuerdo para definir los principios de la Sociedad de la Información. Fue un buen arranque que merecía fijar una fecha para repetir el evento anualmente. Se solicitó a la Asamblea General de la ONU y unos meses más tarde tuvo lugar el primer 17 de mayo como Día Mundial de Internet, en 2006.

Internet y tecnología: aliados en los difíciles meses de pandemia

En marzo de 2020, el confinamiento domiciliario marcó un antes y un después. Fue la primera medida de contención de la pandemia, la más dura y la que más por sorpresa nos pilló. Aunque ya en febrero habían caído las exportaciones chinas un 21% respecto al año anterior, como consecuencia de sus primeros confinamientos, lo que ahora podríamos interpretar como un adelanto del descalabro económico que acechaba.

No hay duda de que la pandemia del COVID-19 ha cambiado bruscamente la vida tal y cómo la conocíamos. Hemos sobrevivido ya a la peor parte de la pandemia, pero sus efectos nos acompañarán probablemente durante un largo tiempo. En esta etapa de ralentización generalizada de la economía global, internet y la tecnología han sido los impulsores de un cambio de modelo de consumo, de ocio y hasta de la forma de trabajar.

¿Una nueva forma de trabajar?

Día Mundial Internet

Hasta 2020, antes de la pandemia, en España no teletrabaja casi nadie. Aunque el número de teletrabajadores venía aumentando muy lentamente, los datos del INE referidos a 2019 son muy escuetos: solo el 4,8% de los empleados trabajaban en remoto. Representaba una cifra por debajo de la media de la UE y muy por detrás de Países Bajos o Finlandia, con un 14,1% y 11,6%, respectivamente.

Viniendo de este pasado tan presencial, que en las semanas de confinamiento el teletrabajo ascendiese hasta el 34% es un hecho digno de estudio. Tras el confinamiento, todavía con medidas de contención, pero más relajadas, la cifra se ha moderado hasta el 16,2% (tres millones de personas aproximadamente). No obstante, se trata de un dato tres veces superior al de 2019.

Quién nos iba a decir que la conexión WIFI que teníamos en casa iba a ser un factor tan importante para el teletrabajoY no solo para trabajar, porque internet también vino a socorrernos en la educación de los pequeños y no tan pequeños durante el cierre de colegios y universidades.

¿Una nueva forma de relacionarnos?

Un peligroso virus que se transmite por aire requiere la aplicación de medidas de distanciamiento y limitación de aforos. Y en un país como el nuestro, donde damos tanta importancia a las relaciones interpersonales, donde estamos tan hechos a mantener un contacto estrecho con nuestros seres queridos, resulta muy complicado no acercarnos a nuestros amigos o familiares. Fue literalmente imposible durante los casi 100 días que pasamos confinados en casa; la prohibición de viajar a otros municipios también nos lo puso muy difícil durante varios meses más.

En España, un 91,4% de los hogares tienen conexión a internet y, de ellos, casi su totalidad (99,7%) accede con banda ancha. Gracias a esta buena infraestructura, llegó la pandemia y tan solo necesitamos aprender a utilizar las aplicaciones de videollamadas —los que no sabían— y exprimir las posibilidades de las apps de mensajería y redes sociales. No éramos conscientes del músculo que tenía la conexión WIFI de casa hasta que llegó el coronavirus y nos hizo ponerla a prueba.

Día Mundial Internet

¿Una nueva forma de ocio?

En el período entre el 15 de marzo y el 21 de junio de 2020 (confinamiento) acumulamos más ganas que nunca de salir a disfrutar del ocio fuera de casa. Qué complicado era eso de no poder estar fuera de casa sino era por una causa justificada.

Nuestro mundo se hizo más pequeño. Y otra vez internet y la tecnología vinieron al rescate. Sin saberlo, la mayoría de los hogares españoles tenía ancho de banda de sobra para que todos los miembros de la familia estuviesen conectados simultáneamente con múltiples dispositivos. A pesar de que el tráfico estaba alcanzando picos nunca vistos, las operadoras y sus infraestructuras pasaron el examen con nota.

Casi faltaban horas entre trabajo o estudio online, sesiones de Twitch, quedadas por videollamada con amigos y familia, deportes indoor y, por supuesto, Netflix, Disney+ y todas las plataformas de televisión en streaming. Es indiscutible que internet protagonizó nuestro ocio en casa durante los meses más difíciles de la pandemia, con permiso de la repostería.

Por cierto, la banca online también resistió sólida las mayores exigencias de los usuarios que empezaron a realizar toda su operativa por internet. Aunque no es de extrañar, al menos para entidades como Singular Bank, que nacimos con internet y en la red tenemos todas las herramientas que puedan necesitar nuestros clientes.

Ninguna conexión, por óptima que fuese, nos devolvía la sensación de compartir espacio con nuestros allegados, pero sí que fuimos capaces de sentirlos un poco más cerca, aunque fuera a través de una pantalla. Ningún dispositivo nos permitió respirar el aire libre, juntarnos fuera de casa o practicar deporte como antes, pero sin duda, internet nos hizo esta pandemia mucho más llevadera. ¡Gracias! Este año, merecemos celebrar juntos, más que nunca, el Día Mundial de Internet.

La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.

Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión. 

Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad. 

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