El presidente de Haití, Jovenel Moïse, desestimó abandonar el Palacio Nacional en febrero próximo, pese a los reclamos cada vez más crecientes de sectores opositores.
El gobernante estima que las elecciones son un paso obligatorio para quienes aspiren al poder y dijo estar dispuesto a sentarse con la oposición para encontrar un consenso, siempre que se prioricen los intereses de la nación.Desde mediados de año plataformas hostiles insisten en que Moïse debe dejar el Palacio Nacional en 2021, aunque juró en 2017 por un periodo de cinco años. Esgrimen, además que no participarán en elecciones mientras ocupe la silla presidencial.

Sin embargo, este martes en entrevista en el programa radial Haïti Débat, el mandatario reiteró que su mandato no está ligado a un tiempo determinado, sino a reformas que precisa el país y son sistemáticamente bloqueadas, aseguró.

En el último año, mientras gobierna por decreto tras vencerse el mandato de los diputados y de dos tercios de los senadores, el jefe de Estado dispuso de varias medidas controvertidas como limitar el poder del Tribunal de Cuentas, promulgar un nuevo código penal o impulsar el proyecto de electrificación nacional, una de sus promesas de campaña.

Las legislaciones le valieron numerosas críticas y denuncias, en especial de sectores opositores que abogan por una administración transitoria y señalan su falta de legitimidad.

También critican el aumento del clima de inseguridad que ya cobró la vida de un millar de haitianos este año. Entre los más controvertidos resalta el secuestro y posterior asesinato de una estudiante de 21 años que generó protestas en esta capital.

 

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