De Baikonur, al cielo… Tras un lanzamiento exitoso y tan solo tres horas de viaje, la nave espacial rusa Soyuz MS-17 se ha acoplado este miércoles a la Estación Espacial Internacional (EEI).
En el que ha sido el vuelo tripulado a la «Ciudad de las Estrellas» más rápido de la historia viajaban tres tripulantes: los cosmonautas rusos Serguéi Rízhikov y Serguéi Kud-Sverchkov, y la astronauta estadounidense Kathleen Rubins, que hoy ha cumplido 42 años.
Los tres son el relevo de los actuales inquilinos, que abandonarán la Ciudad de las Estrellas dentro de una semana, y permanecerán en la Estación orbital durante seis meses trabajando en los numerosos experimentos científicos que se realizan a bordo.
Una de sus misión será además sellar las microfugas de aire detectadas en la plataforma orbital el pasado mes de agosto.
Este colosal mecano espacial cuenta con 15 módulos permanentes y orbita a unos 400 km de distancia de la Tierra a una velocidad de 27.000 kilómetros por hora, dando una vuelta al planeta cada hora y media.
Fruto de la cooperación internacional, está en funcionamiento desde hace casi 22 años y ya ha alargado su vida útil en más de una década.