La activista ambiental adolescente Greta Thunberg está de vuelta. Junto a otros manifestantes en el exterior del Parlamento de Suecia, dio inicio el viernes a una nueva jornada global de movilizaciones por el clima y con distancia social.
“La principal esperanza es, como siempre, tratar de tener un impacto en el nivel de concienciación y en la opinión pública para que más gente empiece a ser consciente”, dijo Thunberg, de 17 años, a reporteros.
La pandemia del coronavirus ha impedido que el movimiento Viernes por el Futuro, inspirado por Thunberg, celebre manifestaciones multitudinarias en los últimos meses, rebajando su perfil público.
Thunberg empezó a protestar en solitario frente al parlamento sueco el 20 de agosto de 2018. Estudiantes de todo el mundo siguieron su ejemplo, organizando protestas regulares, y fue invitada a hablar ante líderes políticos y empresariales en conferencias de Naciones Unidas y en el Foro Económico Mundial de Davos.
Sus tajantes afirmaciones ante presidentes y primeros ministros, salpicadas de datos científicos sobre la necesidad de reducir urgentemente las emisiones de gases con efecto invernadero, le valieron elogios y premios, pero también críticas ocasionales e incluso amenazas de muerte.
Los jóvenes piden que los legisladores se ciñan al histórico acuerdo climático de París de 2015 que pide que tanto los países ricos como los pobres tomen medidas para frenar el aumento global de las temperaturas que está derritiendo los glaciares, elevando el nivel del mar y alterando los patrones de lluvia. Esto requiere que los gobiernos presenten planes nacionales para limitar sus emisiones y limitar el ascenso global de las temperaturas por debajo de los 2 grados Celsius (3,6 Fahrenheit).
Las protestas climáticas se repetirán en otras partes del mundo el viernes.AP