Atrapados, en Netflix desde hace unos días, es una de esas gratas sorpresas que algunos viernes (no tantos como nos gustaría) nos conceden las plataformas. Hace unos meses, la compañía estadounidense añadió a su catálogo en España La caza, la serie británica protagonizada entre 2013 y 2016 por Gillian Anderson y Jamie Dornan, que conquistó a la crítica internacional por su visión feminista sobre un género tan masculinizado. Y con Atrapados ahora nos asalta una ilusión similar.

Sabemos que el mundo del streaming es muy extenso, pero que un servicio con la penetración de Netflix incluya una ficción como esta nos alegra, no solo porque nos da la oportunidad de volver a hablar de ella, de reivindicarla, sino porque conocemos el poder de visionado y conversación que tiene el videoclub de Reed Hastings. También sabemos que el thriller es una de las fórmulas favoritas de Netflix, pero hay thrillers y thrillers.

Quizá esa conexión con lo local es una de las razones por las que Atrapados no es un thriller tan recordado como otros similares (en ocasiones, peores). Es cierto que hoy es común, gracias al streaming, que series producidas fuera de Estados Unidos y Reino Unido, las industrias más potentes, se convierta en pelotazos globales, peor no lo era tanto en 2015, cuando se estrenó esta ficción.

Porque Atrapados es una orgullosa serie islandesa que no se puede entender en ningún otro espacio más allá de Islandia. No es una de esas series que pueden estar situadas en cualquier ciudad, y en ese sentido, el boom del noir nórdico le vino genial. Pero vamos a lo que te estás preguntando: ¿de qué va Atrapados? Ambientado en un pequeño pueblo del norte de Islandia, el misterio comienza cuando un cuerpo desmembrado aparece cerca de la playa, y la duda pronto recae en el ferry que llega hasta la región, y que periódicamente transporta a decenas de personas.

Atrapados, en Netflix

No obstante, el equipo policial, liderado por Andri Olafssun (Olafur Darri Olafsson), apenas tiene medios para esa investigación, y todo empeora cuando una tormenta no solo impide la comunicación, sino que obliga al ferry y a sus tripulantes a permanecer en la zona. El hecho de que el asesino se encuentre entre conocidos y desconocidos hace saltar las alarmas en la población. Y las sospechas no son las únicas enemigas. También est

Como decíamos al principio, Atrapados es un producto que otorga mucha importancia al espacio y a los personajes, y la relación entre ambos aspectos es fundamental. Los ojos a través de los que accedemos a esta historia son los de Andri, un hombre reservado y algo rencoroso por sucesos del pasado, que también jugará un papel relevante en los acontecimientos. De hecho, así como ocurre en otras ficciones de este tipo, la investigación de asesinato se despliega de forma titubeante y casi azarosa, porque, como en la realidad, hay otras fuerzas que intervienen.

La presencia de los escenarios islandeses y de su clima es capital en ese sentido. No es una típica postal pintoresca para viajeros y seriéfilos de lo exótico, sino un protagonista que lo revuelve todo. Ese factor de lo imprevisible enriquece la propuesta de Atrapados, no solo por lo narrativo, sino porque sentimos que es así cómo sucederían las cosas.

Artículo anteriorClúster del Mango Dominicano reconoce a CCN por sus aportes a la producción agrícola
Artículo siguienteCultura Ciudadana de Supérate celebra Foro de Masculinidad y Paternidad Responsable