La pandemia del coronavirus supone una nueva realidad para el mundo e implica un proceso de adaptación a nuevos hábitos, y a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y otros organismos especializados afirman que el mundo continua en una ardua batalla para combatir el virus, el mundo del entretenimiento no ha escatimado esfuerzos para ponerse creativos y continuar operando en esta nueva modalidad.

Las herramientas tecnológicas se han puesto a merced de la población, permitiéndoles a muchos, hacer uso de sus instrumentos y sumergirse en ellos como si se tratase de una escena de la popular serie de Netflix, Black Mirror.

Para muchos la opción ha sido tomarse el tiempo de confinamiento para ponerse al día con sus series favoritas de Netflix, para otros la tecnología ha favorecido el teletrabajo y para algunos ha representado un tiempo de reflexión. En el caso del mundo del entretenimiento ha supuesto crear nuevos escenarios que permitan continuar llevando diversión a la población.

Tal es el caso de los conciertos vía streaming, donde los artistas se aventuraron a ofrecer funciones gratuitas para estar “presentes”y “al día”, en muchos casos primando la pasión antes que la calidad. En el caso de los artistas internacionales están Taylor Swift, los Rolling Stones, Chris Martin, y los locales, el exponente urbano Don Miguelo, la agrupación de rock Toque Profundo y el bachatero Joe Veras quienes fueron de los primeros que se lanzaron a esta nueva modalidad.

Meses después, se ha convertido en un negocio donde se impone la buena iluminación, la calidad del sonido y las imágenes de los artistas. Una de las grandes empresas que se suman a esta tendencia, es el magnate de la música en streaming, Spotify que se ha incorporado a la realidad del entretenimiento a pesar de la pandemia por coronavirus. Se ha filtrado una nueva función que permitiría a sus suscriptores asistir a conciertos virtuales en los que, lógicamente, no sería necesario desplazarse ni asistir a locales.

Este nuevo servicio se conocerá como “Virtual Events” y permitirá a los usuarios del servicio conocer la fecha y hora de los conciertos virtuales de sus artistas favoritos y escucharlos en vivo desde sus dispositivos.

En cambio, el cine ha decido retroceder unas décadas atrás, y volver al romanticismo que caracteriza al autocinema, un escenario que pinta una noche a luz de la luna mientras se disfruta de la visual. Los orígenes del autocinema datan del año 1915 cuando se inaugura en Nuevo México el “Theatre de Guadeloupe” un cine al aire libre que tenía disponibilidad para 40 vehículos en una época en que automóviles eran sinónimo de lujo y novedad. Llega a Latinoamérica por primera vez en el año 1949 cuando se inaugura el primer autocine en Venezuela, el “Autocine Los Chaguaramos” en el sector homónimo de la ciudad de Caracas.

Hace algunas semanas, la empresa dominicana Caribbean Cinemas anunció que traería de vuelta esta nueva alternativa para la industria del cine. Otras empresas han optado por asumir riesgos y estrenar sus películas a través de plataformas digitales, como la guerrera “Mulan”, que regresó a las pantallas con una nueva versión del clásico, a través de Disney+, rodeada con un reparto de carne y hueso que, sin embargo, no pisó las salas de cines y arriesgó su éxito al “streaming” en una estrategia que supone un antes y un después en la industria audiovisual.

Lo cierto es que el mundo del entretenimiento ha sabido navegar por las aguas de las herramientas tecnológicas y digitales para adaptarse a las nuevas realidades, y continuar brindando contenido oportuno.

(El Nuevo Diario / Jenifer N Jiménez)

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