Bannon, el arquitecto de la campaña electoral nacionalista de Trump en 2016, se declaró no culpable del delito de fraude bancario y del delito de conspiración para lavar dinero, informó la prensa estadounidense, y fue liberado tras pagar una fianza de cinco millones de dólares.
Pero este sería una ficha más de varios miembros del entorno del actual presidente que tienen líos con la justicia. A continuación, le hacemos un recuento de quienes son estos otros alfiles del mandatario republicano, quien aspira a ser reelegido en noviembre.
Roger Stone, exasesor de Donald Trump y considerado como el padre de la propaganda negra en Estados Unidos, fue acusado y arrestado en marzo del 2019 en el marco de la investigación sobre la posible colusión entre el equipo de campaña del presidente (electo en 2016) y Rusia.
Stone, un veterano experto en comunicación de 67 años y uno de los confidentes de Trump de más larga data, fue condenado en noviembre (2019) por mentirle al Congresoy obstruir una investigación en la Cámara de Representantes sobre si la campaña de Trump había conspirado con Rusia para tener una ventaja en las elecciones de 2016. Y en febrero de este año se le impuso una pena de 3 años.
Pero en julio de 2020, el presidente Trump le conmutó la pena impuesta, en una decisión que se dio luego de la una corte de Washington negara la solicitud de Stone de postergar la fecha de su ingreso a prisión.

Michael Cohen, de 53 años y el exabogado de Donald Trump, fue sentenciado a tres años de cárcel tras admitir que hizo pagos ilegales en nombre de Trump, que cometió fraude impositivo y mintió al Congreso.
Cohen fue liberado a raíz del coronavirus, pero fue trasladado nuevamente a prisión en julio tras rechazar las condiciones de su prisión domiciliaria, informó el departamento de Prisiones.
Cohen fue durante años mano derecha del presidente Trump, pero éste lo trató de «rata» cuando Cohen confesó los delitos que implican al mandatario en una corte y frente al Congreso.

Manafort, exdirector de la campaña Trump, fue condenado en marzo de 2019 por un tribunal de Virginia a 47 meses de prisión. Ese tribunal lo encontró culpable por cargos de fraude bancario y fiscal.
El exdirector se vio enredado con la justicia a raíz de una investigación que adelantó el fiscal especial Robert Mueller (quien llevó las investigaciones sobre la trama rusa) por una posible connivencia entre Moscú y el equipo que llevó a cabo la campaña Trump.

Un tribunal de apelaciones ordenó en junio retirar los cargos por declaraciones falsas contra Michael Flynn, exasesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que le da a la Casa Blanca una victoria en un caso que fue central en la investigación de la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016.
El tribunal respaldó la resolución extraordinaria del Fiscal General estadounidense, Bill Barr, de retirar los cargos contra Flynn, incluso después de haberse declarado culpable dos veces de mentir al FBI, anulando el fallo del juez federal Emmet Sullivan.
La medida, tomada más de tres años después de que Flynn fuera investigado por primera vez por discusiones secretas con el embajador ruso, generó acusaciones de que Barr estaba haciendo lo que Trump pretendía políticamente.

Flynn, un general retirado, acordó en 2017 declararse culpable de perjurio y cooperar con la ley. El año pasado cambió de abogado y de estrategia de defensa, presentándose como una víctima de manipulación política.
Su caso fue la base de una investigación de 22 meses realizada por el consejero especial Robert Mueller sobre la aparente intromisión de Moscú en la campaña electoral que llevó a Trump a la presidencia en 2016.
Flynn generó atención por múltiples contactos con Rusia, incluyendo el pago de decenas de miles de dólares el año anterior para asistir a un banquete en Moscú en el que se sentó junto al presidente ruso, Vladimir Putin.
*Con información de agencias